domingo, 4 de abril de 2010

Andromeda


La Galaxia de Andrómeda, también conocida como Objeto Messier 31, Messier 31 o NGC 224, es una galaxia espiral gigante. Es el objeto visible a simple vista más alejado de la Tierra (aunque algunos afirman poder ver a simple vista M33, que está un poco más lejos). Está a 2,5 millones de años luz (775 kpc) en dirección a la constelación de Andrómeda. Es la más grande y brillante de las galaxias del Grupo Local, que consiste en aproximadamente 30 pequeñas galaxias más tres grandes galaxias espirales: Andrómeda, la Vía Láctea y la Galaxia del Triángulo.

Tiene una masa calculada de entre 300.000 y 400.000 millones de masas solares: aproximadamente una vez y media la masa de la Vía Láctea, y es más del doble de brillante que ésta.

Con las mejoras en las mediciones y los datos obtenidos, algunos científicos creen que la Vía Láctea contiene mucha más materia oscura y podría ser más masiva que M31. Sin embargo, observaciones recientes del Telescopio espacial Spitzer revelaron que la M31 contiene un billón de estrellas, excediendo por mucho el número de estrellas en nuestra galaxia. [3] Además de esto, algunos autores postulan que es la segunda galaxia intrínsecamente más brillante en un radio de 10 megaparsecs alrededor de la Vía Láctea, sólo superada por la galaxia del Sombrero (aunque quizás NGC 253 también la supere en brillo).[4]

La galaxia se está acercando a nosotros a unos 140 kilómetros por segundo, y se cree que de aquí a aproximadamente 3.000 a 5.000 millones de años podría colisionar con la nuestra y fusionarse ambas formando una galaxia elíptica gigante.

domingo, 14 de marzo de 2010

Datos curiosos sobre los planetas

Mercurio gira alrededor del Sol más cerca que cualquier otro planeta, por lo que es seco, cálido y sin apenas aire. Aunque la superficie llena de cráteres del planeta recuerda a la de la Luna, se cree que su interior es semejante al de la Tierra, compuesto fundamentalmente por hierro y otros elementos pesados. Esta fotografía fue tomada en 1974 por el Mariner 10, la primera sonda que estudió Mercurio en detalle.

Venus es el objeto más brillante de nuestro cielo, después del Sol y la Luna. Nubes arremolinadas de ácido sulfúrico oscurecen la superficie de Venus e impedían el estudio del planeta desde la Tierra hasta que la tecnología permitió visitarlo con vehículos espaciales dotados de sondas. Las sondas determinaron que Venus es el más cálido de los planetas, con una temperatura en la superficie de unos 462 ºC. Los científicos creen que esta temperatura se debe a las espesas nubes y la atmósfera densa que atrapan la energía del Sol (un 'efecto invernadero').

La Tierra Una atmósfera rica en oxígeno, temperaturas moderadas, agua abundante y una composición química variada permiten a la Tierra ser el único planeta conocido que alberga vida. El planeta se compone de rocas y metales, sólidos en el exterior, pero fundidos en el núcleo. Esta fotografía tomada en 1972 por la nave espacial Apolo 17, muestra Arabia, África y la Antártida (la mayor parte del área blanca de la base).

Marte Las naves espaciales estadounidenses sin tripulación, lanzadas entre 1964 y 1976, han suministrado información exhaustiva sobre Marte. A partir de estos datos, los científicos determinaron que la atmósfera del planeta se compone fundamentalmente de dióxido de carbono (CO2) y pequeñas cantidades de nitrógeno, oxígeno y vapor de agua. Como la atmósfera es muy poco consistente, hay una diferencia en las temperaturas de hasta 100 ºC entre el día y la noche. Por lo general, las temperaturas son tan frías y las presiones tan bajas, que el agua no existe en Marte, de modo que el planeta parece un desierto frío y de gran altitud.

Júpiter y sus lunas Júpiter es el mayor de los planetas, con un volumen de 1.400 veces el de la Tierra. Las franjas de color son cinturones de nubes que revelan corrientes atmosféricas fuertes. El planeta (arriba a la derecha) se ve aquí con sus cuatro mayores satélites conocidos: Europa (centro), Ío (arriba a la izquierda), Calisto (abajo a la izquierda) y Ganimedes (abajo a la derecha).

Saturno, que se distingue por sus anillos, es el segundo planeta más grande (Júpiter es el mayor) del Sistema Solar. En 1610, el físico y astrónomo italiano Galileo, al utilizar uno de los primeros telescopios, observó que el planeta tenía una forma extraña, pero no consiguió explicar qué eran los anillos. Aunque el planeta se formó hace más de 4.000 millones de años, sigue asentándose y contrayéndose, generando un calor tres veces mayor que el que recibe del Sol. El telescopio espacial Hubble obtuvo el 26 de agosto de 1990 esta imagen de Saturno.

Urano El color azul verdoso de Urano se debe al gas metano presente en su atmósfera fría y clara. Lo que en la imagen parece ser el extremo derecho del planeta es en realidad el límite entre el día y la noche. Por la forma de girar el planeta, la noche y el día duran 42 años cada uno. Los científicos se formaron esta visión de Urano por las imágenes enviadas por el Voyager 2 en 1986, en un momento en el que la sonda estaba a 9,1 millones de kilómetros del planeta.

Neptuno En 1989 la misión Voyager 2 produjo esta imagen de Neptuno en falso color, mostrando los diferentes componentes de la atmósfera del planeta. El rojo muestra la luz del Sol dispersa por una capa de neblina alrededor del planeta, el azul verdoso indica el metano y las manchas blancas son nubes en la parte alta de la atmósfera.